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Salinas del Gualicho: todo para descubrir…

   Un desierto blanco, infinito en sus horizontes, brillante en medio de la meseta patagónica. Destino curioso que regala hermosos atardeceres y la posibilidad de jugar un rato a ser astrónomo para cerrar la noche con una deliciosa cena bajo las estrellas descubriendo las historias del Gualicho.-

 

   A tan sólo 60 km de Las Grutas, en la provincia de Río Negro, existe un lugar donde como un capricho de la naturaleza aparece desentonando con la estepa arbustiva de su entorno. Las Salinas del Gualicho y su blanca y radiante extensión permiten vivir una aventura inolvidable que combina  paisaje y experiencias para lograr ser un destino inolvidable.-

   Desert Tracks es la empresa encargada de realizar la travesía. Durante la misma el panorama invita a conocer la historia de Las Grutas, el viejo ferrocarril General Roca, que hoy une Viedma con Bariloche en un trayecto de 619km por la Línea Sur y donde la abundante flora y fauna salvaje son protagonistas. A lo lejos, junto a la ciudad de San Antonio Oeste, surge la enorme silueta de Alpat (Alcalis de la Patagonia), la única fábrica de carbonato de sodio de la Argentina y una de las tres de Latinoamérica.

  Las salinas sorprenden por su inmensidad de un verdadero océano blanco… Infinito, brillante y majestuoso, Ubicado en una depresión de 72 mts bajo el nivel del mar, Gualicho es el salar más grande de la Argentina y con sus 430km2 es apenas más pequeño que el Salar de Uyuni en Bolivia. Esta superficie duplica a la Capital Federal y es además pista alternativa de aterrizaje para el transbordador espacial de la Nasa… esas y otras muchas curiosidades esconde este paisaje…

  La visita incluye un recorrido por las instalaciones donde se embolsa la sal donde sólo las parvas, tan altas como edificios de tres pisos pueden dar testimonio del trabajo que lleva toda la cosecha.-

  Al atardecer, todavía queda un poco de luz para disfrutar de una caminata entre las parvas, las huellas de los camiones y las pequeñas lagunitas que hacen de espejo después de las últimas lluvias sobre las que nadie tiene memoria en un lugar donde apenas llueve 200mm al año.-

  Hasta que llega el momento mágico, el de la puesta del sol, cuando el paisaje va mutando del blanco al anaranjado con un sol gigante escondiéndose en el horizonte.-

  Más tarde, la mesa está servida: pollo al disco acompañado de un buen vino tinto con  brindis al final, sellan un día de experiencias inolvidables.-

 

 

La noche regala un cielo negro perforado por las estrellas…

la Vía Láctea, las Tres Marías, Júpiter, Marte, Sirio y Orión…

La Cruz del Sur, los signos del zodíaco y los cráteres de la Luna se muestran en este,

uno de los cielos más limpios del planeta…

 

 

 

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